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La máquina Perfecta: el tourbillon
25/06/2024
Opinión
Los relojes equipados con un escape tipo tourbillon son fascinantes y reflejan la evolución constante de la relojería en busca de precisión y excelencia; sin embargo, el tourbillon va más allá. Por cierto, el término “tourbillon” proviene del francés y significa “torbellino”.
El día 26 de junio de 1801 fue otorgada una patente a Abraham-Louis Breguet por la invención de un dispositivo que mejoraba la precisión de los relojes de bolsillo de manera importante al reducir la variación que experimentaban día a día.
Si nos vamos a una definición estilo diccionario, sería algo más o menos así:
El tourbillon es un mecanismo inventado en 1795 y patentado en 1801 por el relojero suizo Abraham-Louis Breguet, en el cual el escape y la rueda de balance están montados en una pequeña jaula que a su vez gira 360º, usualmente en un minuto, neutralizando los efectos de gravedad sobre la frecuencia y –por consecuencia– exactitud de un reloj. Su extrema complejidad y precisión lo hacen una de los dispositivos más deseables en un reloj; por su complejidad, historia y la maestría técnica que exige su diseño y construcción.
Pero, el Tourbillon es mucho más, es un logro técnico sobresaliente en una época en la que los materiales disponibles no eran tan avanzados como los que tenemos actualmente, de modo que las posibles razones por las que un reloj podría variar su cronometría no eran pocas. Una de las principales era la posición vertical del reloj, ya que al llevarse –típicamente– en el bolsillo frontal del chaleco, no siempre quedaba la corona en la misma posición.
El invento del genio relojero Abraham-Louis Breguet, al girar y cambiar constantemente la posición en la que la rueda de balance se apoya sobre sus ejes, promedia la posible variación por esta causa, de modo que la precisión del reloj mejoraba notablemente.
Todo suena muy simple ¿no? Cuando en realidad es todo menos eso. El ensamble completo del escape tipo tourbillon incluye el muelle de balance, las ruedas de escape y balance, la jaula y el mecanismo que la hace girar, en promedio requiere de entre 50 y 80 componentes individuales (dependiendo del diseño), en un conjunto increíblemente pequeño y que por razones físicas debe pesar menos de un gramo en total. Sobra decir que la maestría requerida para imaginar y crear un tourbillon es enorme; más aún con los materiales disponibles a principios del Siglo XIX. Aún hoy con la alta tecnología y materiales disponibles es una demostración de saber hacer relojero.
La palabra tourbillon es sinónimo de complejidad y excelencia en relojería. Los maestros relojeros a través de los años han sumado a esta creación al añadir múltiples ejes, o varios tourbillones a la vez, con distintos ritmos de giro y ángulos; si bien estas creaciones recientes son admirables, no hay que olvidar que los maestros relojeros desde 1801, están parados sobre los hombros de Abraham-Louis Breguet.