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Bianchet y la proporción áurea unida a un tourbillon
24/09/2024
Opinión
Quizás el nombre de Bianchet es uno con el que no estén muy familiarizados a menos que sean ávidos entusiastas de la relojería e inclusive dentro de este séquito de entusiastas quizá no sea una de las marcas más conocidas para ellos. Aunque la marca no es nueva por lo menos para nosotros en Peyrelongue si lo es.
Bianchet es una marca sumamente joven ya que se fundó en 2017 por Rodolfo Festa Bianchet y Emmanuelle Festa Bianchet, hagamos una sobre-simplificación de los antecedentes de ambos:
Rodolfo es un gran entusiasta de la tecnología y por ende de la maquinaria (de la relojería específicamente) y Emmanuelle es una gran entusiasta y amante de las bellas artes, francamente estos son dos elementos que encontramos constantemente en la alta relojería.
Era cuestión de tiempo para que se combinaran las pasiones de ambos en la forma de la relojería y es así que nació Bianchet, una marca con un gusto muy especial por las cajas de tipo “tonneau” que podemos apreciar en algunas marcas a lo largo de la industria.
Para ser una marca muy joven han tenido varios logros, quizá el que más nos llama la atención está del lado mecánico (obviamente) y este es su impactante tourbillon volante o tourbillon volador.
Un tourbillon es una complicación que consiste en una jaula rotativa que contiene las ruedas de balance y de escape, este conjunto rota sobre su propio eje usualmente completando una revolución cada 60 segundos y así se compensa la fuerza gravitacional a la que los relojes son sometidos, cuando una firma relojera quiere lucir su talento y capacidad mecánica ante el público (y más importante dentro de la industria) presentan esta complicación.
Bianchet diseña, desarrolla y produce sus propios mecanismos de tourbillon volante, cosa que no es fácil.
Podría argumentarse que la firma relojera hace relojes con una construcción un tanto esquelatada, ya que podemos ver los elementos de sus calibres, pero jugando con el espacio negativo que permite que los relojes sean un tanto transparentes y tengan una gran ligereza visual.
Al reverso del reloj podemos apreciar un detalle que quizá pase desapercibido, la construcción de la estructura del mecanismo está concebida con la secuencia de Fibonacci, también conocida como la proporción aurea, la cual es considerada como la “proporcionalidad divina” ya que con ella se obtiene una armonía visual.
Ahora sabemos un poco más sobre la composición artística, llámese pintura, fotografía, arquitectura… o en este caso relojería, si buscan en internet esta proporción, seguramente comenzarán a verla en todos lados una vez que la entiendan.
Es por esta secuencia numérica que las piezas de Bianchet se ven tan bien balanceadas, a pesar de seguir una convención como lo es la forma “tonneau” de la caja del reloj, la cual también han encontrado una manera de hacerla distinta, como con su B 1.618 Grande Date Sapphire Limited Edition, cuya caja está hecha de zafiro, y también hace uso del tourbillon volante de desarrollo propio, además de la proporción divina que ahora es enaltecida por la transparencia del cristal.