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Laurent Ferrier y su amor por la velocidad

29/08/2023

Opinión

El Porsche 935 que Laurent Ferrier corrió en las 24 Horas de Le Mans de 1979

Es el 9 junio de 1979 en el normalmente tranquilo pueblo de Le Mans, Francia, pero durante estos días en particular la paz fue opacada por el furioso rugir de los autos compitiendo en las 24 horas de Le Mans. Bajo el manto de la noche, François Servanin y Laurent Ferrier compartieron el mando de un monstruoso Porsche 935.
Mientras la aurora quitaba las estrellas para que el sol pintara los cielos, el piloto podía ver el amanecer rosado únicamente acompañado por el desesperado grito del motor de seis cilindros bóxer, un momento de calma dentro de la locura que son las 24 horas de Le Mans.

François Servanin y Laurent Ferrier pudieron vivir esa sensación de una calma loca a 300 km/h en la recta de Mulsanne. Las 24 horas de Le Mans es una experiencia que a pesar de durar tan solo un día, permite experimentar más en ese corto periodo que lo que mucha gente lo hará en toda su vida.
Manejando en turnos durante la duración de la carrera, junto con
François Trisconi la triada de conductores llevó el 935 al tercer lugar de la clasificación general, un resultado verdaderamente admirable por la posición y por el reto titánico de completar la legendaria carrera francesa.

Laurent Ferrier Grand Sport Tourbillon Pursuit

Para este punto, Ferrier y Servanin eran más que coequiperos en uno de los eventos más rudos y renombrados de todo el planeta, se habían vuelto amigos compartiendo una pasión por el automovilismo y los artefactos mecánicos; es así que llegamos a su marca relojera atinadamente llamada Laurent Ferrier.
De ella salieron recientemente dos relojes muy especiales. El primero de ellos, el Grand Sport Tourbillon Pursuit, dentro de su caja de titanio de grado 5 de 44 mm de diámetro podemos apreciar una carátula con una gradiente color salmón, la cual evoca a aquel pacífico amanecer dentro del auto de carreras en Le Mans que vivieron los fundadores de la renombrada casa relojera.
El estilo de Laurent Ferrier es muy evidente en esta pieza, al tener una mezcla de acabados entre cepillado y pulido a espejo, ambos resaltados por el experto uso de las formas de la firma relojera, además de la exquisita atención al detalle hecha evidente por los índices de oro blanco tratados con rutenio y material luminoso.
A pesar de tener una limitada producción de 15 piezas por año, esta versión del Grand Sport se ha vuelto algo permanente para el repertorio de Laurent Ferrier, además de ser impulsado por el mecanismo de cuerda manual LF619.01 con reserva de marcha de 80 horas y cuyo toubillon se mantiene como secreto para el espectador, ya que únicamente es visible a través de la tapa de cristal de zafiro al reverso del reloj.

El segundo de estos exclusivos relojes es el Sport Auto 40, el cual lleva los elementos de diseño ya característicos de esta preciada firma: como el brazalete de titanio de grado 5 integrado a una caja cuadrada-redondeada de 41.5mm del mismo material, el cual protege al calibre LF270.01.
Lo que más destaca de esta nueva pieza es la carátula, la cual incorpora una coloración verde con índices anaranjados y el segundero que está sobre un fondo blanco que porta el número 40, referencias a aquel Porsche 935 que llevó a Laurent Ferrier, François Servanin y
François Trisconi al tercer puesto general de las 24 horas de Le Mans, derrotando a veteranos como Hervé Poulin y Henri Pescarolo.